Kiki, el amor se hace, una película de Paco León

La butaca

Kiki, el amor se hace, una película de Paco León

Kiki, el amor se hace , una película de Paco León

El director Paco León mantiene la naturalidad propia de su cine en su tercera película, una comedia sobre las filias sexuales. En tan solo dos películas tras las cámaras, Paco León ha conseguido definir un estilo propio: la naturalidad de los diálogos, la búsqueda de espontaneidad en las interpretaciones y un desvergonzado tono costumbrista, apoyado en situaciones hilarantes y la experimentación narrativa, desmarcan su cine dentro del panorama de la comedia española actual.

Peculiaridades que siguen presentes en su tercer trabajo como director, ‘Kiki, el amor se hace’, pese a que el realizador sevillano deja atrás a su carismática madre, Carmina Barrios, para lanzarse a su primer encargo, la adaptación de la cinta australiana ‘The Little Death’.

El largometraje se estructura en cinco historias totalmente independientes, en las que las distintas tramas no se cruzan por forzadas conexiones entre sus personajes o por extraños giros de guión. El único nexo común son las filias sexuales: la dacrifilia, como se denomina a la excitación por ver a alguien llorar; la elifilia, el nombre que recibe la obsesión por determinados tejidos; o la harpaxofilia, la estimulación al sufrir un atraco con violencia; son algunas de las curiosas formas de obtener placer de los protagonistas.

“Una comedia erótico festiva”, apunta el propio cartel de la película. Y eso es lo que es, una celebración de la diversidad en los gustos y placeres sexuales, mediante el humor pero desde el respeto. Si bien hay alguna historia controvertida, destaca la claridad y soltura con la que se trata un tema tan tabú.

León, que escribe el guión junto a Fernando Pérez, ha sabido llevar la esencia de la cinta original australiana a su terreno. Con un tono más cálido que refleja el tórrido verano madrileño, el director envuelve su propuesta con una colorida estética visual que funde cierto toque cañí con un fresco poso tropical.

Pero la distinción de ‘Kiki, el amor se hace’ está sobre todo marcada por la capacidad de León para dotar a sus trabajos de realismo y naturalidad, mediante unos diálogos fluidos y una estupenda dirección de actores. Todo el reparto está excepcional, desde Candela Peña o Ana Katz hasta aquellos que tienen papeles más pequeños como Maite Sandoval.

Pese a estos aciertos de la cinta, que confirman a León como uno de los directores españoles más interesantes del momento, y a lo arriesgado y original del argumento, la película resulta, sin embargo, menos sorprendente que el díptico formado por ‘Carmina o reviente’ o ‘Carmina y amén’, especialmente desde el punto de vista formal.

La tercera cinta del sevillano a la dirección es ocurrente y divertida, y vuelve a traernos golpes desternillantes, pero registra cierto desequilibrio, pues algunas historias son más potentes que otras.

Más información