El canadiense Denis Villeneuve es capaz de generar una tensión constante y retratar la turbia atmósfera de Ciudad Juárez, el narcotráfico y lo dudosos métodos de las autoridades estadounidenses con gran habilidad. El director canadiense Denis Villeneuve se dio a conocer internacionalmente con ‘Incendies’, nominada al Oscar a la mejor película en lengua extranjera. Poco después llegó su incursión en Hollywood, la sobresaliente ‘Prisioneros’, y ese mismo año, 2013, estrenó ‘Enemy’. Aunque muy distanciadas, estas dos cintas sorprendieron por la forma de rodar del francófono, y llevaron a la productora encargada de la secuela de ‘Blade Runner’ a pensar en él para ponerse al frente del proyecto cuando Ridley Scott decidió apearse de la dirección para centrarse en ‘Marte (The Martian)’.
Pero antes de guiar a Harrison Ford, de nuevo en la piel de Rick Deckard, Villeneuve ha capitaneado ‘Sicario’, un ‘thriller’ sobre la crueldad del narcotráfico mexicano y los dudosos métodos de las autoridades que persiguen a los capos de la droga desde el otro lado de El Paso.
Kate Macer (Emily Blunt) es una joven agente del FBI que, tras contemplar de cerca la violencia generada por este lucrativo negocio, decide aceptar la proposición de Matt Graver (Josh Brolin), un oficial de la CIA, para formar parte de una operación encubierta contra los narcos de Ciudad Juárez. Pero Kate camina a ciegas, pues desconoce el objetivo real de la misión, liderada por un misterioso asesor con un oscuro pasado, Alejandro (Benicio del Toro). Pronto, descubre que el procedimiento de sus nuevos colegas no es del todo lícito.
El tráfico de estupefacientes es una tema recurrente en el séptimo arte, sin embargo, aunque en algunos momentos parezca que la historia ya nos suena, Villeneuve es capaz de enganchar al espectador gracias a su talento para manejar el ritmo, la tensión, la acción y el suspense.
La película genera una sensación de amenaza constante, incluso de terror en determinadas escenas, con una realización dinámica y una acertadísima banda sonora de Jóhann Jóhannsson. El director utiliza una multitud de recursos que refuerzan la intensidad, como los planos aéreos de Ciudad Juárez y el desierto mexicano, los planos preciosistas o la mezcla de textura en el clímax de la cinta en una escena nocturna.
Con ello, Villeneuve y el director de fotografía Roger Deakins recrean la oscura y violenta atmósfera de la frontera entre México y EEUU, dominada por los cárteles y la corrupción. El realizador sabe muy bien cuándo es necesario mostrar esa violencia, para hacer sentir la brutalidad de la que son capaces los señores de la droga, y cuándo resulta más impactante dejarla fuera de encuadre, pues no es necesario verla.
Volviendo al guión, nos encontramos ante una nueva película acerca de un fin y la justificación o no de los medios para conseguirlo: las autoridades juegan con la línea que divide lo correcto y lo incorrecto, el bien y el mal, lo legal y lo ilícito. En el centro de todo ello está Kate, que va descubriendo lo que realmente sucede prácticamente a la vez que el espectador, aunque comparte el protagonismo con el personaje interpretado por Benicio del Toro, sombrío, opaco y vengativo.
Pese a que es cierto que la cinta va de más a menos y algunos aspectos quedan confusos en su desenlace, ‘Sicario’ es un ‘thriller’ que atrapa por la habilidad de Villeneuve para crear tensión, la turbia atmósfera de Ciudad Juárez y el ritmo de tres escenas de acción magníficamente rodadas.
