Adrià ha manifestado que para él ha supuesto todo en su carrera y que siempre fue una persona muy generosa. Otros destacan su compromiso con sus trabajadores y su gran sentido del humor. El mundo de la alta cocina está de luto. Juli Soler, copropietario de El Bulli junto a Ferrán Adría, ha fallecido esta madrugada debido a la enfermedad neurodegenerativa que padecía desde hace unos años y que le empujó a dejar sus funciones frente a elbullifundation.
En 1981, Soler llegó a la casa Montjoi en el año 1981, donde fue director y jefe de sala. Años más tarde, en 1984, ficharía a Ferrán Adrià para El Bulli y ambos liderarían una revolución que cambiará el rumbo de la cocina y que sigue inspirando a cocineros de todo el mundo. Ambos se conocieron gracias al también cocinero y amigo de Soler, Fermí Puig, que los puso en contacto. Soler y Adriá compraron en 1990 el Bulli y desde entonces han sido referentes para muchos profesionales del sector.
Juli Soler, muy querido por los trabajadores de El Bulli, ha muerto en su casa de Rubí, rodeado de toda su familia. Muchos lo definen, considera La Vanguardia como una persona muy comprometida con su equipo y con un gran sentido del humor.
Adrià, desde un acto del Basque Culinary en San Sebastián, ha asegurado al diario que Soler lo ha supuesto todo en su carrera y a nivel personal han compartido muchas cosas. “No ha habido persona más generosa que él” ha considerado.
