‘Jurassic World’, una película de Colin Tevorrow

La butaca

‘Jurassic World’, una película de Colin Tevorrow

Jurassic World

Había ganas de volver a disfrutar como en 1993, tras el bajón que supusieron las dos siguientes películas. Los dinosaurios han vuelto para devorar la taquilla. Más de dos décadas después de que John Hammond reviviera a estos prehistóricos animales con la intención de abrir un insólito parque temático, el complejo se hace por fin realidad en ‘Jurassic World’, la cuarta entrega de la saga iniciada por ‘Jurassic Park’. La cinta se convirtió el pasado fin de semana en el estreno más taquillero de la historia, con una recaudación de 208,8 millones de dólares (185,3 millones de euros) en EEUU y 524,1 millones (465,1 millones de euros) a escala global.

Su éxito se apoya, principalmente, en la nostalgia: había ganas de volver a disfrutar como en 1993, tras el bajón que supusieron las dos siguientes películas. Y, en este sentido, ‘Jurassic World’ no decepciona, pues recupera el espíritu del film original, repitiendo incluso el esquema argumental.

En ambas hay niños, tensión sexual y dinosaurios peligrosos sueltos que amenazan a los protagonistas. Además se desarrollan en Isla Nublar, después de las aventuras en Isla Sorna. La gran diferencia es que en esta ocasión el parque está abierto, podemos ver a los más pequeños dando paseos a los lomos de crías de triceratops o al mosasaurus comiendo un tiburón como si se tratara de un espectáculo de delfines o de focas de un acuario.

Sin embargo, ya se ha perdido el carácter innovador y para seguir cautivando al público los responsables de Jurassic World se ven obligados a idear nuevas atracciones cada cierto tiempo. La próxima será espectacular: han creado un dinosaurio más grande, feroz e inteligente que el temido tyranosaurus rex, el indominus rex. Pero, como ya vimos anteriormente, desafiar las leyes de la naturaleza y la genética no suele salir bien. La jefa de operaciones, Claire (Bryce Dallas Howard), pedirá ayuda a Owen (Chris Pratt), un exmilitar cuidador de velociraptores, para intentar frenar al ‘monstruo’ y poner a salvo a sus sobrinos, que están de visita en las instalaciones.

A lo largo de la historia, los guiños a la primera película de dinosaurios de Spielberg son constantes: volvemos a ver a Mr. ADN, hay ‘merchandising’ del proyecto original de Hammond, las protagonistas llevan un ‘look’ parecido y la música de John Williams suena en la banda sonora de Michael Giacchino.

Se nota que el director de ‘E.T.’, ‘Tiburón’ o ‘La lista de Schindler’ tiene mano en el proyecto como productor ejecutivo, aunque el encargado de la dirección es Colin Tevorrow, que solamente contaba hasta ahora con una película en su filmografía, ‘Seguridad no garantizada’, un film muy alabado en el ambiente del cine independiente de EEUU.

Pero se echa de menos al personaje de John Hammond, interpretado por el recientemente fallecido Richard Attenborough, así como gran parte de la emoción y el carácter pedagógico de ‘Jurassic Park’, ese que llevó a los niños de la época a coleccionar juguetes y a aprenderse todas las particularidades del t-rex, los diplodocus o los stegosaurus.

También puede acusarse a la película de tener unos diálogos pobres y algunas situaciones ridículas, como el comentado hecho de que el personaje interpretado por Bryce Dallas Howard se pase toda la aventura en tacones.

Sin embargo, ‘Jurassic World’ resulta una cinta muy disfrutable. Un ‘blockbuster’ veraniego entretenidísimo en el que no baja el ritmo en ningún momento, y ese es su objetivo: que el espectador pase un buen rato.

A esto contribuye sin duda el buen trabajo de Chris Pratt, el actor de moda en el cine de acción y aventuras. Suena como favorito en todas las quinielas para convertirse en el nuevo Indiana Jones y, tras esta película, su candidatura parece aún más firme.

Como indominus rex con el parque, ‘Jurassic World’ estaba llamada a ‘rescatar’ la saga, aunque en este caso la resurrección sí que resulta eficaz. Pese a sus defectos de guión, es un divertido ‘placer culpable’: una película de tono ligero con la que repetir la emoción de aquel 1993.

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