‘Mad Max: Furia en la carretera’, una película de George Miller

La Butaca

‘Mad Max: Furia en la carretera’, una película de George Miller

Mad Max 2015

A sus 70 años, el director australiano George Miller recupera la saga protagonizada por Max Rockatansky en una nueva entrega llena de acción, adrenalina y un despliegue visual apabullante. El director australiano George Miller debutó en 1979 con ‘Mad Max, salvajes de autopista’, el origen de una saga que marcó la pauta del cine post-apocalíptico. En ella, presentó a Max Rockatansky, un policía motorizado enfrentado a un grupo de vándalos en un mundo en el que gasolina empieza a escasear. Le sucedieron ‘Mad Max 2, el guerrero de la carretera’, la más destacada y aplaudida de todas, y ‘Mad Max 3, más allá de la cúpula del trueno’.

Tres décadas después de esta última, y tras un periplo por el cine infantil con ‘Babe, el cerdito valiente’ y ‘Happy Feet’, Miller recupera a su icónico personaje en ‘Mad Max: Furia en la carretera’ para demostrar, a sus 70 años, que sigue estando en plena forma para la acción.

Max regresa como siempre: vagando solitario por las carreteras o arenas, intentando sobrevivir a la destrucción y a la falta de materias primas y atormentado por los recuerdos de aquellos a los que no pudo salvar. En su camino, se cruza, de nuevo, con un grupo de personas a las que, en un principio, rehúsa ayudar. Pero no tiene a dónde ir ni nadie le espera.

En esta cuarta entrega, Max ya no es Mel Gibson, sino Tom Hardy, al que vimos recientemente también al volante (aunque con mucha menos velocidad y adrenalina) en ‘Locke’, de Stephen Knight. Y tiene una nueva compañera que le quita el protagonismo, Emperadora Furiosa, interpretada por Charlize Theron.

Furiosa huye del tirano Immortan Joe que controla la Ciudadela, esclaviza al pueblo racionando el agua y abusa de las mujeres. En un paisaje desértico devastado por la escasez de H2O y combustible, busca la Tierra Verde, un lugar de libertad y esperanza. El ‘loco de Max’ se convertirá en un gran apoyo para alcanzar el objetivo.

La película es un viaje lleno de acción y más acción, ruedas y violencia. Una odisea adrenalínica, con un despliegue visual apabullante, que no da apenas tregua al espectador y hace vibrar hasta al suelo de la sala de cine. En los pocos momentos en los que hay un respiro entre carreras y batallas, la atmósfera generada y la banda sonora otorgan una sensación de constante amenaza para los protagonistas.

El incesante ritmo viene marcado por la gran realización de Miller, que sabe captar como nadie las escenas de acción y enfrentamiento. Una meticulosa planificación, una magnífica puesta en escena, una brillante fotografía y una trabajadísima edición permiten a ‘Mad Max: Furia en la carretera’ sobresalir entre la multitud de ‘blockbusters’ que pueblan las carteleras en los últimos años. Sus 2.700 planos dan cuenta del esfuerzo y talento del director al frente de la película.

La forma prevalece así sobre el guión. A parte de las grandes persecuciones, la historia es algo simple y muy manida en este tipo de films, no desprende la originalidad de las películas previas de la saga a la hora de mostrar la decadencia.

Incluso se puede pensar que apenas hay argumento, pues la cinta es parca en diálogos. Pero lo que pretende es contar lo que ocurre, descifrar a los personajes y mostrar la relación entre ellos a través de miradas, gestos, expresiones y el propio avance del relato.

A ello contribuyen los actores. Charlize Theron, rapada y mutilada, se convierte en una autentica heroína, y es capaz de deslumbrar al siempre convincente Tom Hardy, que ya empieza a destacar como uno de los mejores intérpretes de su generación.

‘Mad Max: Furia en la carretera’ será, sin duda, uno de los grandes taquillazos del año y una de las películas más aplaudidas de la temporada, sobre todo de aquellos a los que les apasione el cine de acción. Eso sí, se echa de menos la ‘rareza’ y la estética ochentera de las entregas anteriores.

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