191 años de historia del DNI

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191 años de historia del DNI

Mireia Belmonte

Después de casi dos siglos de evolución, el DNI ha pasado del primer papel identificativo otorgado, a veces, bajo la firma “gratis por ser pobre” al DNI 3.0 con tecnología NFC y nuevas medidas de seguridad. El documento nacional de identidad (DNI) se remonta a 1824, durante el reinado de Fernando VII. Año en el que fueron expedidos los primeros papeles identificativos redactados a mano y certificados por orden del alcalde, el cura o el jefe de policía asegurando que esa persona era quien decía ser en aquel papel.

Casi dos siglos atrás, el DNI costaba cuatro reales (en la actualidad el coste de renovación, pérdida o robo es de 10,50 euros), pero en caso de no tener dinero, el ciudadano podía adquirirlo igualmente solo firmando el contrato que ponía “Gratis por ser pobre”. Fueron necesarias varias décadas antes de establecer un único documento identificativo bajo una forma común y datos personales. Hasta entonces, cada pueblo o ciudad presentaba los suyos propios.

En 1931, llegaría el intento más cercano al DNI actual con las cédulas personales. En 1941, se incluyó la fotografía de la persona además de datos como el estado civil, la profesión, y su lugar de residencia, incluyendo una segunda residencia «accidental».

El Caudillo o Generalísimo, Francisco Franco, propulsó en 1944 la creación del documento como una mayor medida de control sobre los españoles. El diseño se decidió por un concurso público ganado por D. Aquilino Riusset con una cuantía de 30.000 de las antiguas pesetas, lo que corresponde con unos 180 euros. En 1951, Franco estrenó el primer DNI español, reservando los números consecutivos a su familia. El número diez y siguientes fueron para la Familia Real.

En 1951, había 29 millones de ciudadanos en España, por lo que para agilizar los trámites, los primeros en sacarse el DNI fueron los presos, seguidos de los varones que viajan mucho por su profesión. Después los varones de ciudades con más de 100.000 habitantes. Más tarde los hombres de las localidades de entre 25.000 y 100.000 habitantes. Y al fin, en quinto lugar, las mujeres, pero únicamente aquellas que viajaban mucho por motivos laborales. Después los varones de localidad pequeñas, y por último, el resto de mujeres. Los fotógrafos oficiales se desplazaban en burro por los montes para fotografiar y cursar el carné de los habitantes de pueblos de difícil acceso.

Tal y como conocemos el DNI actual, el cambio más significativo fue hace más de dos décadas, en 1991, momento en que se eliminó la huella dactilar del carné. En 1996, se estrenó la fotografía a color. Y en 2006, llegó el primer DNI electrónico, equipado con modernas medidas de seguridad, como el kinegrama (holograma) y la imagen láser cambiante, y un microchip para poder realizar operaciones a través de un ordenador. Hasta esta misma semana, momento en el que se ha presentado el DNI 3.0, por la falta de aceptación del DNI electrónico entre la población a pesar de su corta vida, apenas siete años.

El DNI 3.0 ha sido creado con el objetivo de confeccionar una herramienta segura de tráfico de información, ya que trata de dificultar la usurpación de la identidad. Este lunes se presentaba el renovado documento nacional de identidad de manos del ministro de Interior, Jorge Fernández Díaz.

Cuatro son los cambios que presenta este DNI mejorado. La primera de las innovaciones es su tecnología NFC (Near Field Communication) que funciona a través de un app, y le permite operar como una tarjeta de crédito al conectarse, sin cables ni lectores de tarjetas, con el smartphone o un ordenador equipado con tecnología NFC. La segunda es la tecnología en la nube. El chip certificado es la tercera ventaja que lo hace más rápido, permitiendo ser usado como documento de viaje electrónico y como herramienta de comunicación con teléfonos inteligentes. Además, el chip presenta mayor capacidad y certificado como dispositivo seguro, confiriendo la cuarta innovación como la firma electrónica que la dota con la misma validez jurídica que la firma manuscrita.

El objetivo por el que ha sido creado es confeccionar una herramienta segura de tráfico de información. Con el nuevo documento, la Policía Nacional trata de dificultar la usurpación de la identidad. Por su parte, los técnicos de la Policía Nacional ya han instaurado en la Comisaría Virtual las actualizaciones correspondientes a las nuevas mejoras para que los ciudadanos puedan ejecutar cualquier gestión de forma online.

La provincia catalana, Lérida, ha sido la primera provincia en la que se ha implantado el uso de este DNI 3.0 tecnológico y en la que ha tenido lugar el acto de presentación. La distribución del documento oficial se extenderá en los próximos meses al resto del territorio español. El primer DNI español 3.0 corresponde a la nadadora originaria de Barcelona y plusmarquista, Mireia Belmonte, de 24 años. Otros ciudadanos catalanes también han podido renovarse ya el DNI a uno mucho más actualizado a estos tiempos modernos.

El DNI siempre va acompañado de su inseparable amigo el pasaporte, por lo que en el acto de presentación del DNI 3.0 se ha mostrado también el pasaporte 3.0. Ambos han iniciado este lunes 12 su camino como documentos oficiales de identidad. Y al igual que el DNI, éste también presenta nuevas medidas de seguridad y un chip electrónico con diferentes medidas de seguridad.

Se prevé que en un futuro este documento sea empleado como tarjeta médica o para realizar operaciones en un banco.

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