Las productoras privadas ‘colocan’ programas de saldo en las televisiones públicas

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Las productoras privadas ‘colocan’ programas de saldo en las televisiones públicas

Estudios de Telemadrid - Foto: Raúl Fernández

Los sindicatos de Telemadrid y RTVE reclaman datos sobre el coste de algunos programas cuyos datos de audiencia son ínfimos. Para los sindicatos de las televisiones públicas no hay duda. Los gestores que ha colocado el PP en las televisiones públicas que controlan se dedican a vaciar estas compañías y, de paso, a dar negocio a las productoras privadas a las que contratan programas para rellenar los huecos que quedan en la parrilla tras los despidos y los recortes de personal.

Según explican algunas fuentes consultadas por este diario, hay instalaciones vacías, cuya dotación es superior a algunos platos de alquiler que ahora se estarían pagando. Aunque admiten no tener datos concretos sobre las verdaderas cifras por un sencillo motivo: los contratos que RTVE o Telemadrid firman con las productoras privadas son un ‘secreto de estado’.

A los representantes de los despedidos de Telemadrid, por ejemplo, les gustaría saber a cuánto se paga ahora ‘cada espectador’. Con los datos de share en la mano, hay programas que no superan los 1.000 espectadores y no llegan a alcanzar ni el 1% del share.

Y son contenidos cuya realización ha sido encargada por esta televisión pública a productoras como Cuarzo, la empresa de Ana Rosa Quintana, Boomerang TV o a algunos profesionales afectados por “el naufragio de Intereconomía”.

En los pasillos de Prado del Rey se manejan otras versiones similares del mismo asunto. Sobre todo, tras el fracaso de ‘T con T’, el nuevo programa deToñi Moreno, producido por Proamagna. Una compañía, cuyo máximo responsable es Pablo Carrasco, quien fuera director general de Canal Sur y director de Contenidos de TVE.

El problema dicen algunos conocedores del negocio es que los directivos actuales de las televisiones públicas tienen siempre el ‘ojo’ puesto en el sector privado, porque esperan trabajar en alguna de estas compañías cuando dejen sus actuales cargos. Así que se dedican a contratar casi todo lo que se les ofrece y pueden pagar.

Al final, explican quienes defienden esta versión interesada de la realidad sin aportar prueba alguna que la refrende, las televisiones públicas se ‘tragan’ unos contenidos de saldo que la audiencia rechaza. Pero, da lo mismo, porque el negocio ya estaría hecho.

En RTVE, por ejemplo, los únicos programas que han funcionado son las series que se mantienen desde hace años y que fueron contratadas por equipos anteriores al actual. No sólo Moreno se ha despeñado. Todas las apuestas, algunas millonarias, de los equipo de Leopoldo González-Echenique, lo han hecho.

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