‘Locke’, una película de Steven Knight

La butaca

‘Locke’, una película de Steven Knight

Locke

Minimalismo en estado puro con un único personaje en pantalla y un único escenario. Entre los ‘blockbusters’ de acción y las comedias románticas que copan la cartelera en el período estival, pasa desapercibido un título que no tiene nada que ver con estas grandes producciones: ‘Locke’. La cinta de Steven Knight es más bien todo lo contrario. Minimalismo en estado puro con un único personaje en pantalla y un único escenario.

‘Locke’ transcurre en el interior de un coche, pero no hay carreras ni persecuciones. Tampoco se trata de un desmadrado viaje de colegas o de un trayecto en busca de nuevos mundos y paisajes extraordinarios. Es un camino a la redención.

Un conductor, la carretera, un manos libres y una sucesión de llamadas son los únicos elementos que componen el universo de la película. Al volante está Ivan Locke (Tom Hardy) , un tipo que ha conseguido, con mucho esfuerzo, un buen trabajo y una familia ideal. Pese a que es un hombre responsable y con buenas intenciones, una noche verá como todo su mundo está a punto de derrumbarse por una equivocación.

Decide afrontarlo con entereza, hacer lo que debe por encima de todo lo demás, por encima de lo que en realidad le gustaría hacer. Quiere ser honesto y asumir las consecuencias de sus actos, aunque para ello tenga que perder personas y cosas importantes por el camino.

Knight, conocido sobre todo por su trabajo de guionista en películas como ‘Negocios ocultos’ o ‘Promesas del Este’, o por ser el creador del conocido concurso televisivo ‘¿Quién quiere ser millonario?’, realiza aquí un brillante trabajo de realización y puesta en escena. Coloca la cámara en rincones impensables, busca encuadres innovadores y espectaculares y saca partido a la belleza de las luces y las sombras de la carretera. Un catálogo de recursos que otorgan ritmo y rebajan la claustrofobia a pesar de no salir del coche.

La dirección levanta un guión interesante, pero con algunos fallos. Cautiva en su arranque, con cierta intriga que mantiene la atención y que vparece preparar al espectador para algo más, pero se queda ahí. Pasados unos minutos, la historia llega a hacerse monótona.

Está claro que estos desaciertos se hacen más llevaderos gracias a la actuación de Tom Hardy. Aunque las voces del jefe, la mujer o los hijos de Ivan Locke, también entran en escena, Hardy es quien da la cara ante la cámara en todo momento, en los 85 minutos que dura la película. Después de ‘Bronson’, o de su participación en cintas de amplio alcance como ‘Origen’ o ‘El Caballero Oscuro: La leyenda renace’, el joven actor muestra en este film lo que verdaderamente es capaz de hacer. Realiza un gran trabajo de contención, mostrando las emociones de un personaje al límite sin caer en la exageración.

Con todo ello, queda claro que ‘Locke’ no es una película para todos los públicos. Requiere a los espectadores ir un paso más allá, empatizar con el protagonista y entender sus intenciones. Es una película de trasfondo, de tensión emocional.

No hay término medio. O conectas con la cinta y te dejas llevar por la brillante interpretación de Hardy y la cuidada realización de Knight en un viaje de emociones contenidas sobre el sentido del deber… o te acabas durmiendo en la butaca.

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