Comer caracoles, una tradición ancestral

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Comer caracoles, una tradición ancestral

Caracol

Un estudio del Instituto Catalán de Paleoecologia Humana y Evolución Social revela los caracoles hace muchísimo tiempo que están en la dieta mediterránea. Un yacimiento paleolítico de reciente descubrimiento en la Cova de la Barriada, en Benidorm (Alicante) ha probado que ya hace unos 30.000 años se comían caracoles. En concreto, se han encontrado restos fósiles de la Iberus alonensis (caracoles serranos).

Antes del descubrimiento, se pensaba que estos moluscos empezaron a comerse en la dieta humana a finales del Pleistoceno, hace unos 20.000 años. Con este estudio ha podido saberse también que fueron cocinados, pues estos fósiles han aparecido junto con herramientas de piedra y otros restos de animales en los hogares de la época.

Los hogares se calentaban con leña de pino y enebro, que también se usaba para asar los moluscos en las brasas. Al menos así se deduce del estudio publicado en la revista PLoS ONE, que ha sido llevado a cabo por el Instituto Catalán de Paleoecologia Humana y Evolución Social (IPHES) bajo la dirección del arqueólogo Javier Fernández-López de Pablo.

El arqueólogo, recoge Muy Interesante, ha asegurado que este comportamiento apunta a “patrones desconocidos hasta ahora sobre el uso de invertebrados en la dieta humana, que debió ser más amplia y variada de lo que se pensaba durante los inicios del Paleolítico superior en la cuenca mediterránea”.

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