El UKIP, definido por sus rivales como un partido racista, sube en las encuestas tras advertir contra la inmigración procedente de países como España. El Partido de la Independencia del Reino Unido (UKIP), de fuerte carácter euroescéptico y tremendamente crítico con la inmigración, ha presentado este martes su campaña para las elecciones europeas del próximo 25 de mayo negando las acusaciones de sus rivales, que han tildado sus carteles de racistas.
«No estamos en contra de nadie, de ninguna parte del mundo, pero tener la puerta abierta a 485 millones de personas del resto de Europa, muchos de ellos de países pobres, muchos de países en los que el paro juvenil está por encima del 60%, significa que hay un flujo de fuerza laboral exterior hacia el Reino Unido», ha asegurado el líder de esta formación, Nigel Farage.
Sea como fuere, con xenofobia implícita o explícita, lo cierto es que el UKIP se ha beneficiado de la crisis económica porque, según ha revelado una encuesta de opinión realizada el pasado domingo por IMC para el diario The Sunday Telegraph, su intención de voto ha subido hasta relegar al tercer puesto en las urnas al Partido Conservador británico. El líder del UKIP ha dicho que, de traducirse en papeletas el próximo 25 de mayo, ese porcentaje y esa posición darán lugar a un «terremoto político» poniendo al partido en posición de ganar sus primeros escaños en el parlamento británico en 2015.
El UKIP se engloba dentro del grupo parlamentario europeo EFD (Europe of Freedom and Democracy), considerado de extrema derecha y euroescéptico, que también incluye, por ejemplo, a la Liga Norte italiana pero que deja al margen al polémico Frente Nacional francés o a la formación ultraderechista griega Amanecer Dorado. Según un estudio realizado por el portal Electionista y publicado este martes, el EFD conseguiría en los próximos comicios el 4,5% de las papeletas, lo que se traduciría en 34 asientos, tres más que en las últimas elecciones europeas.
