Después de dos semanas en el cargo, Manuel Valls asegura en el consejo de ministros que estas medidas se llevan a cabo porque «no se puede vivir por encima de nuestras posibilidades» Dos semanas han pasado desde que el español fuera nombrado primer ministro por Françoise Hollande, el mismo tiempo que ha tardado en anunciar las primeras medidas de contención de gasto en la economía francesa. Los sueldos de los funcionarios se congelan, no subirán al igual que tampoco lo harán las pensiones, salvo las más bajas. Será así hasta octubre de 2015 y para justificar la medida, Manuel Valls repite una proclama repetida en España “no podemos vivir por encima de nuestras posibilidades”.
Estos recortes, ha indicado el recién nombrado primer ministro francés “no se hacen porque los imponga Francia, ni por cabezonería, ni por ortodoxia” sino que forman parte de la credibilidad y la confianza, dos puntos que representan la “fuente de la soberanía” ha concluido en el consejo de ministros.
Valls ha señalado que el gasto público compone el 57% del PIB francés y de este modo se ahorrarán 50.000 millones de euros entre 2015 y 2017. De esta manera, el país galo “cumplirá con los compromisos” de reducción de déficit público. Unos recorte que se distribuyen de la siguiente manera: 18.000 millones al Gobierno central, 11.000 millones para las autoridades locales, Sanidad asume 10.000 millones de euros y los 11.000 restantes en seguridad social. No ha querido obviar Valls que la reforma laboral, pactada entre sindicatos y patronal, animará al mercado y generará empleo.
