Europa y Canadá quieren ampliar a más países los polémicos tribunales de arbitraje

Tribunal multilateral de arbitraje

Europa y Canadá quieren ampliar a más países los polémicos tribunales de arbitraje

Banderas de la UE y de Canadá

Ambas instituciones quieren convertir esos tribunales en un verdadero órgano internacional. La Comisión Europea y el gobierno de Canadá tratan de convencer a más de un centenar de funcionarios de 42 países del mundo de las bondades del tribunal multilateral de arbitraje con carácter permanente para resolver las disputas entre Estados e inversores que están diseñando europeos y canadienses.
 
Inspirado en el mecanismo elaborado para el CETA, el tribunal de arbitraje que debaten estos días en Ginebra tiene la voluntad de convertirse en un órgano jurídico “verdaderamente internacional”. Así se lo han confirmado fuentes de la Comisión Europea a la agencia Reuters, que detalla cómo europeos y canadienses están esforzándose en convencer a otros países para que se unan al posible ‘nuevo’ tribunal de arbitraje.
 
Entre los invitados a las reuniones, funcionarios de Estados Unidos, China, India, México, Sudáfrica o Argentina. Sin embargo, la creciente reacción contra los procesos de globalización, véase Donald Trump en Estados Unidos con sus amenazas al TTIP o Nafta, complican la presencia y adaptación de este tribunal a determinados países.
 
El objetivo de este futuro órgano es establecer un único organismo de arbitraje que sustituya a los actuales Sistemas de Tribunales de Inversiones incluidos en los acuerdos de libre comercio establecidos por la UE.
 
La idea es que los países que se subscriban a este nuevo tribunal – impulsado por Alemania, Francia y Holanda y apoyado entre otros por España – solucionen en él todas las diferencias existentes en materia de inversiones y resuelvan en él los litigios entre inversores y Estados. Para ello, las conversaciones planteadas en Ginebra contemplan la creación de una «corte permanente» con jueces dedicados en exclusividad al tribunal, para evitar conflictos de intereses.
 
Un esquema similar al que tanta desconfianza generó en torno al CETA y que, tras una consulta pública en 2014, obligó a modificarlo para añadir más transparencia a una corte que, inicialmente, no preveía apelaciones y permitía que las partes – incluidas las multinacionales – eligieran a los árbitros.
 
Si prospera el Tribunal de Arbitraje discutido en Ginebra, su aplicación aceleraría los plazos, aseguran funcionarios de la Comisión, en la resolución de las disputas y ahorraría dinero a las partes. El coste de su estructura permanente oscilaría entre 7 y 10 millones de dólares al año y se aplicaría a los más de 3.000 acuerdos comerciales suscritos por la UE y serviría de modelo para el futuro de ese tipo de pactos.
 
En cualquier caso, según los cálculos “más optimistas” de Bruselas, su aplicación, de aprobarse, no sería hasta – mínimo – cinco años.
 
El establecimiento de un tribunal multilateral de inversiones forma parte integrante de la estrategia comercial y de inversión de la UE Comercio para todos, presentada en 2015. Esto implica, paralelamente, la negociación de un sistema similar al de un tribunal para solucionar diferencias en materia de inversiones en los acuerdos comerciales y de inversión de la UE, el «Sistema de tribunales de inversiones», con una Primera Instancia y un Tribunal de Apelación con jueces designados por los socios del acuerdo. En una segunda fase, debería empezar a trabajarse en paralelo con otros países acerca de un tribunal multilateral de inversiones permanente que sirva de tribunal global para diferencias en materia de inversiones.

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