No ha sentado nada bien en muchos sectores del PP las ‘tibias’ respuesta de Gallardón ante la preguntas sobre la posible ‘caja b’ del PP en su última entrevista a ‘La Razón’. Alberto Ruiz Gallardón, hoy ministro de Justicia, sigue sumando enemigos. Dentro y fuera del PP. Aunque algunos sectores ultraconservadores, con los que no parecía llevarse demasiado bien, se hayan acercado ahora a este político gracias a su polémica y ultramontana reforma de la ley del aborto, en otros ambientes relacionados con el partido su popularidad decrece.
Y hasta hay quién está más que enfurecido con él. Y ya no son sólo los ‘aguirristas’, la tendencia mayoritaria en el PP madrileño con los que ha siempre ha vivido un enfrentamiento abierto. Hay otros sectores, más clásicos, que tampoco ven a Gallardón con buenos ojos.
En especial, todos aquellos, altos cargos incluidos, que tienen alguna relación, directa o indirecta, con la gestión del partido en los años en que Bárcenas era ese contable plenipotenciario que hacía y deshacía a su antojo.
En estos sectores, según aseguran ahora algunos conspiradores diletantes de lengua viperina, las tibias respuestas de Gallardón a las preguntas de Marhuenda sobre la posibilidad de que en el PP hubiera existido una ‘caja b’ no han sentado nada bien.
El ministro, que está aparentemente lejos de la primera línea de fuego en el frente Bárcenas, se negó hasta en dos ocasiones a negar taxativamente que esa doble contabilidad no hubiera existido.
Una ambigüedad que contrasta con la posición oficial del partido y las defendidas públicamente por el presidente, Mariano Rajoy, y la secretaria general, María Dolores de Cospedal.
De hecho, esa forma de echar ‘balones fuera’ sólo se parece a la que ha empleado en alguna que otra ocasión la vicepresidenta del Gobierno Soraya Sáenz de Santamaría, cuando ante preguntas directas de los periodistas sobre asuntos de esta clase se ha negado a contestar porque, en su opinión, esas ‘cosas’ le corresponden al partido.
