El Partido Pirata desaparece prácticamente de las encuestas sobre intención de voto en Alemania

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El Partido Pirata desaparece prácticamente de las encuestas sobre intención de voto en Alemania

Alemania también alberga una alternativa a su tradicional espectro político. Se llama Partido Pirata y actualmente cuenta incluso con representación parlamentaria en varios estados alemanes. Sin embargo, y sin haber logrado alcanzar siquiera una década de vida, esta formación parece destinada a caer en el olvido.

Son dos los síntomas que vaticinan este diagnóstico: las encuestas y el caso de Edward Snowden, el ex analista de la CIA que ha destapado el programa de espionaje ciudadano llevado a cabo por Washington. En las encuestas más recientes, y a tan sólo tres meses de la celebración de las elecciones federales alemanas, el Partido Pirata figura en una posición anecdótica al conseguir tan sólo el 3% de los votos. Las encuestas llevadas a cabo el año pasado les otorgaban un 12% de los votos.

El caso de Edward Snowden, por su parte, tendría que haber logrado que el Partido Pirata liderase cualquier tipo de protesta contra el Gobierno alemán por haber, supuestamente, permitido el espionaje de Washington a ciudadanos alemanes. A fin de cuentas, uno de los objetivos de esta formación es luchar por el derecho a la privacidad, al debido proceso y a la libertad de información. Sin embargo, y tal y como informa el semanario alemán Der Spiegel, ante un escándalo que ha llevado incluso a que una comisión de control del Bundestag vaya a analizar el próximo 17 de julio el caso, al Partido Pirata ni se le ve ni se le espera.

¿Por qué? Esta misma publicación alemana da algunas pistas. La mayor parte de los motivos tienen que ver con una transparencia mal conducida. Es decir, que muchos simpatizantes del partido durante los primeros años de la crisis se habrían distanciado del mismo tras observar cómo sus líderes, Bernd Schlömer o Christopher Lang entre otros, se involucraban en el último año y medio en debates públicos sobre asuntos personales en donde el insulto estaba a la orden del día. De hecho a principios de este año la cúpula de la formación política decidió que los trapos sucios debían lavarse en la más absoluta intimidad y abandonó, parcialmente al menos, su tan popular –años antes- transparencia interna.

Hasta el año pasado muchos veían al Partido Pirata como la gran opción a irrumpir en un Bundestag ocupado por seis formaciones de carácter tradicional: la CDU (conservadores), la CSU bávara (conservadores), el FDP (liberales), el SPD (socialdemócratas), Los Verdes (ecologistas) y La Izquierda (socialistas marxistas). El 8,9% obtenido en las elecciones del Estado de Berlín en 2011 o el 7,4% logrado el año pasado en el Estado de Saarland hacían pensar que el próximo otoño podría romper fácilmente la barrera del 5% y acceder, de este modo, al Parlamento germano. Hoy por hoy, no parece que vaya a ser el caso.

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