Quabit aparca su transformación en socimi para relanzar su negocio promotor

Sector inmobiliario

Quabit aparca su transformación en socimi para relanzar su negocio promotor

Quabit

El presidente Abánades se ha propuesto triplicar el valor contable de Quabit en cinco años partiendo de una ampliación de capital que se ha comprometido a suscribir. La heredera de una de las antiguas gigantes del ladrillo español deja en el cajón los planes de cambio que pregonaba hace solo cuatro meses para mantenerse fiel a su modelo de tradicional negocio. Quabit desiste en dar a luz una socimi mientras apuesta por la promoción inmobiliaria con la inversión de 120 millones solo este año.
 
Al frente de este cambio de guion en la inmobiliaria heredera de la vieja Astroc se sitúa Félix Abánades, presidente y accionista de referencia de Quabit, que personalmente ha explicado los pormenores del nuevo plan estratégico en el que se ha embarcado. El objetivo de la cotizada ya no es hincar el diente a un segmento de negocio que cuenta cada vez con más jugadores, sino volver a apostar con decisión por la compra de suelos y el desarrollo de nuevas promociones en un entorno de mercado que “acompaña” esta decisión.
 
Con esta hoja de ruta que prima la “gran experiencia en gestión de suelos” de Quabit a la incursión en nuevos modelos de negocio, se entierra por el momento el nacimiento de Bulwin Investments, una sociedad que la comandada por Abánades llegó a registrar formalmente. En su lugar, se plantea un plan para la compra de suelos urbanos por 455 millones de euros hasta el año 2021, de los que 120 millones se quieren poner ya a trabajar antes de que acabe el año en curso.
 
En este sentido, antes de contar con los fondos de la ampliación de capital anunciada hace solo unas semanas y del contrato de liquidez suscrito con Avenue Capital, Abánades se ha puesto manos a la obra y afirma tener ya “negociaciones abiertas” por suelos valorados en unos 50 millones de euros, en manos de bancos y particulares en su mayor parte. El objetivo de ventas para este 2017 es liquidar las 19 viviendas que le quedan en cartera, pero comenzar ya el desarrollo de una treintena de nuevos desarrollos que en conjunto sumarían 2.000 viviendas cuya entrega prevé para el año 2019.
 
Vuelve el proyecto Port Saplaya
 
Los argumentos que la compañía esgrime para justificar esta nueva estrategia pasan por estimaciones de la Sociedad de Tasación que hablan de que Madrid solo tiene nueva vivienda para los próximos nueve meses, de Servihabitat hablando de más de medio millón de transacciones inmobiliarias para este año y de la recuperación de precios del 38% desde el inicio de la crisis. Así, el foco de sus próximos desarrollos se pone en Madrid, el Corredor del Henares, Barcelona, Valencia y su franja litoral, Málaga y la Costa del Sol, Zaragoza, Santander y la Cornisa Norte.
 
El paradigma del resurgir del negocio promotor es su el proyecto de Port Saplaya, en la localidad valenciana de Alboraya. A pesar de que recientemente los tribunales han reconocido a Quabit el derecho a recuperar los anticipos que procuró a la empresa pública de suelos de la localidad levantina para el mismo, Abánades reconoce que se llevaba tiempo negociando otra salida al entuerto y que probablemente el complejo residencial vea la luz en el año 2020 “con nuevas condiciones”.
 
Los planes de Quabit se enfrentan en las próximas semanas a su prueba de fuego: una nueva ampliación de capital que se ha lanzado con un abultado descuento del 34% frente a precios de mercado y que ha provocado un drástico descalabro en sus acciones. Después del “éxito” de la ampliación ejecutada en 2015, el presidente se las augura felices para esta nueva operación en la que, sin embargo, no espera contar con el respaldo de inversores destacados como Martibalsa, la Sareb y el fondo KKR, que recientemente ha reducido a la mitad el tamaño del fondo mediante el cual está presente.
 
El buen término que augura para una ampliación que condiciona todo un plan que culmina con triplicar el valor en libros de la compañía a lo largo de los próximos cinco años se confía a los inversores institucionales presentes en su capital desde hace tiempo y que, sin embargo, no han superado el umbral del 3% que los haría descubrirse ante el mercado. Abánades no espera que en ningún caso rebasen este umbral o lleguen al 5% de participación, en cuyo caso asegura “no tener problema” con darles entrada en el consejo de administración, siempre y cuando lleguen con vocación de “permanencia”.
 
A la caza del inversor nacional con el reclamo del dividendo
 
Más allá de las cifras del plan de negocio, que contempla también la activación de créditos fiscales para conseguir un flujo de caja operativo de 289 millones de euros, la compañía promete un retorno sobre inversión superior al 5% que viene aderezado por la promesa de repartir hasta 68 millones de euros en efectivo a partir ya del ejercicio 2018. Este año, previsiblemente para la recta final del calendario, se pretende repetir el reparto de nuevas acciones que ya se ejecutó el año pasado a razón de una nueva por cada 20 en cartera.
 
Con el objetivo de atraer inversores de cierto peso, Quabit ha fijado una condición novedosa en el calendario de su ampliación. En ella ha insistido Abánades en la presentación a prensa que ha dirigido este miércoles en mitad de un calendario plagado de encuentros con inversores nacionales e internacionales radicados en Madrid, que ha reservado tres días de roadshow por Londres. Se trata de que en la ronda de asignación adicional para accionistas previos a la operación, se les adjudicará como mucho un paquete igual al que hayan suscrito en la ronda inicial, de manera que se gana un mayor margen para que en la fase discrecional se pueda contar con una mayor cantidad de acciones a adjudicar.
 
En opinión del presidente, la ampliación ofrece un “precio atractivo de entrada a la compañía”. Y predica con el ejemplo, pues tiene previsto acudir a la emisión de nuevas acciones en la parte correspondiente a su actual cartera del 20,5%. De este modo, además, evitará una dilución cercana al 39% a pesar de no haber optado finalmente por los 40 millones de euros anunciados en un principio.
 
Por lo que se refiere al acuerdo suscrito con Avenue Capital el año pasado, y que la ladrillera subraya como su principal hito reciente, se justifican los tipos del 16% que la cotizada tendrá que asumir por la negativa de la banca a participar en la financiación de la compra de suelos. A las entidades financieras sí se prevé acudir para las tareas posteriores de promoción gracias a un panorama despejado de vencimientos hasta el año 2022 fruto de su última refinanciación de pasivo.

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