El ‘ladrillo’, el primer reto de Saracho al frente del Popular

Banco Popular

El ‘ladrillo’, el primer reto de Saracho al frente del Popular

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Las acciones de Banco Popular se disparaban más de un 9% en la Bolsa de Madrid tras conocerse el relevo en la presidencia de la entidad. La salida de Ángel Ron y el desembarco de Emilio Saracho han sido celebrados por las acciones de Banco Popular con subidas de hasta un 9% en la Bolsa de Madrid, pero la llegada del nuevo presidente no solucionará todas las dudas que rodean al banco, centradas sobre todo en el ladrillo que lastra el balance de la entidad.
 
El pasado mes de mayo, junto con la ampliación de capital de 2.500 millones de euros con el objetivo de reforzar la solvencia del banco, el Popular anunciaba también un nuevo plan estratégico centrado en acelerar la venta de los activos improductivos. De acuerdo con los plazos marcados entonces, esperaba deshacerse de casi la mitad de ellos en apenas dos años. En concreto, el banco se fijó un objetivo de desinversión de 15.000 millones de euros en activos improductivos brutos entre 2016 y 2018.
 
Estos activos improductivos se dividen, por un lado, en activos adjudicados –pisos, naves, locales, etc.-, y por el otro en crédito a promotor y construcción que ha entrado en mora. Actualmente, la entidad cuenta con unos activos de este tipo por valor de unos 25.000 millones de euros brutos, por lo que en apenas dos años tendría que deshacerse de casi un 60% de esta cartera.
 
Dentro de esta estrategia cobraba especial protagonismo el ‘proyecto Sunrise’, una especie de banco malo que el equipo de Ron pretendía poner en el mercado para facilitar la salida de inmuebles. En principio estaba previsto que estuviese formado por 6.000 millones de euros brutos (4.000 millones netos), todo inmuebles adjudicados, la mayoría edificios terminados y un porcentaje menor de edificios en construcción y suelo. Recientemente, el consejo de administración nombró a Remigio Iglesias, procedente de Banco Santander, para ser el presidente de esta sociedad.
 
Lo que sí está cerrado es el ajuste de personal, tras haber acordado recientemente el Popular con los sindicatos un ERE que afectará a 2.592 empleados. Con este ajuste, el banco invertirá 375 millones de euros y ahorrará entre 175 y 200 millones de euros anuales, que empezarán a ser efectivos a partir del primero trimestre de 2017.

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