La ‘batalla’ entre EEUU y la OPEP desploma los precios del petróleo

Especial 25 aniversario

La ‘batalla’ entre EEUU y la OPEP desploma los precios del petróleo

Extracción de petróleo

La apuesta del país norteamericano por el ‘fracking’ ha destronado al cartel a Arabia Saudí como líder petrolero. Su enfrentamiento ha desencadenado un exceso de oferta y una nueva crisis del oro negro. La guerra del Golfo, la crisis del sudeste asiático y el exceso de oferta marcaron las políticas de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) en los años 90, en los que se sucedieron acuerdos para aumentar o recortar la producción. A finales de la década, la cuota de mercado del cártel superó el 50%, pero este dominio ha caído en los últimos años debido al impulso del ‘fracking’ en EEUU, que ha convertido al país norteamericano en el mayor exportador de crudo. El enfrentamiento por controlar el mercado del petróleo ha suscitado un desplome de los precios del llamado ‘oro negro’.
 
En los 25 años de El Boletín, el petróleo ha sufrido dos grandes crisis. La primera en 2008, como consecuencia de la debilidad de la demanda en el inicio de la crisis financiera internacional. En julio de ese año, el precio de la materia prima alcanzó su máximo histórico, pero pronto llegaron los problemas globales y el barril pasó de 145 dólares a menos de 50 billetes verdes a finales del año.
 
La segunda llegó en los últimos meses de 2014 y aún no se ha superado. El recorte del precio del petróleo comenzó en julio, aunque se acentuó a partir de noviembre, bajando de los cerca de 110 dólares a los que cotizaba en junio a poco más de 50 dólares a cierre de diciembre. La cota más baja se registró a principios de 2016, cuando el barril llegó a tocar los 26 dólares. 
 
Este desplome de los precios del crudo es consecuencia del pulso que mantienen Arabia Saudí y EEUU por el liderazgo del sector. La apuesta de Barack Obama por el ‘fracking’, una técnica de extracción que consiste en fracturar rocas a gran profundidad con el uso de agua y aditivos químicos para obtener hidrocarburos, ha permitido a la potencia norteamericana duplicar su producción en apenas cinco años y pasar de ser el mayor importador neto del mundo a convertirse en el primer productor de petróleo, por delante de Arabia Saudí, con 11,6 millones de barriles. La OPEP, que no quería perder influencia en el panorama petrolero, decidió aumentar su producción para ganar cuota de mercado.
 
La batalla desencadenó un gran aumento de la oferta que no ha sido correspondido por la demanda. La dificultad de los mercados europeos para recuperar completamente el tono económico tras la recesión y la desaceleración experimentada por China han impedido que el exceso de petróleo, que todavía se mantiene, sea asumido por los importadores.
 
La ‘sobreoferta’ ha impactado de forma directa en los precios, mientras que los exportadores son incapaces de llegar a un acuerdo para limitar la producción. El pasado mes de septiembre, en una reunión informal en Argelia, los países de la OPEP se comprometieron a limitar la producción de crudo a 32,5 millones de barriles por día, un millón menos de lo que se produce actualmente. El pacto debe aún concretarse, pero no hay mucha esperanza de que finalmente llegue a buen puerto.    
 
“2017 podría ser otro año de imparable crecimiento de la oferta mundial similar a lo vivido en 2016”, estimó la Agencia Internacional de Energía (AIE) en su último informe mensual, en el que destacó las dificultades para que el cartel alcance un acuerdo. Las mayores trabas son las tensiones internas del propio organismo, en especial la tirante relación entre Arabia Saudí e Irán, rivales geopolíticos. 
 
Irán muestra reticencias a recortar su producción ahora que se han levantado las sanciones al país: quiere recuperar los niveles previos al veto, a lo que se opone Arabia Saudí. También Irak busca quedar exento de la limitación, alegando que necesita los ingresos procedentes de su venta para poder hacer frente a los islamistas.   
 
De momento, según la AIE, tanto los países de la OPEP como otros exportadores externos al cartel continúan aumentando la producción. Así, a finales de 2016 el barril tanto del petróleo Texas como del Brent sigue por debajo de los 50 dólares.
  
Despidos masivos en las grandes petroleras
 
Una de las principales consecuencias del descenso de los precios han sido los ajustes en las grandes petroleras, que han frenado su inversión y emprendido masivos despidos de miles de trabajadores.
 
En el conjunto del año 2015, el sector ganó cuatro meses menos que en el ejercicio anterior, y algunas compañías informaron de pérdidas de miles de millones de dólares. Muchas empresas decidieron entonces recortar el gasto ajustando la plantilla.
 
Chevron entró en pérdidas por primera vez en 13 años y anunció posteriormente el despido de entre 6.000 y 7.000 empleados, el 10% de su plantilla. Por su parte, la petrolera anglo-holandesa Royal Dutch Shell suprimió 10.000 puestos de trabajo para afrontar la depreciación del crudo y la compra de la gasística BG, mientras que ConocoPhillips destruyó 1.500 empleos, una décima parte de su fuerza de trabajo.
 
La británica BP registró en 2015 sus peores resultados en 20 años, lo que le llevó a anunciar despidos, de cara a 2017, que afectarán a 7.000 personas. Y también se han visto obligadas a recortar sus plantillas la mexicana Pemex y la brasileña Petrobras, mientras que el plan de ajuste de Repsol ha afectado a 870 empleados.  
 
Repsol: refino para esquivar los precios del petróleo
 
La compañía española ha conseguido sobrellevar la caída de los precios del petróleo apoyando sus cuentas en la solidez del área de refino. El grupo cuenta con seis refinerías: cinco de ellas en España, con una capacidad de destilación total de 896.000 barriles de petróleo al día, y la otra en Perú, que dispone de una capacidad de 102.000 barriles de petróleo por jornada.
 
En el ejercicio 2015, en plena crisis de precios del crudo, el indicador del margen de refino de Repsol se situó en máximos históricos de 8,5 dólares por barril, frente a los 4,1 dólares por barril registrados el año anterior. Esta mejora permitió a la petrolera incrementar un 113% el resultado neto ajustado de la división de ‘downstream’, que engloba este negocio, hasta los 2.150 millones de euros. 
 
El incremento de estos márgenes responde las fuertes inversiones realizadas en los últimos años por la empresa presidida por Antonio Brufau en los últimos años para modernizar sus refinerías, lo que ha rebajado los costes del proceso de refino. 

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