Rajoy, acorralado por la corrupción en el PP

Especial XXII Aniversario

Rajoy, acorralado por la corrupción en el PP

Mariano Rajoy, presidente del Gobierno

El presidente del Gobierno ha tropezado durante este 2013 con la misma piedra: la corrupción. Por si no tuviera bastante con el Gürtel, ha visto cómo se le ha abierto un nuevo frente con el ‘caso Bárcenas’. El presidente del Gobierno ha tropezado durante todo este 2013 con la misma piedra: la corrupción. Por si no tuviera bastante con la trama Gürtel, Mariano Rajoy ha visto cómo se le ha abierto un nuevo frente con el ‘caso Bárcenas’. Los ‘papeles’ del extesorero del PP han desvelado la presunta existencia de financiación irregular en Génova y el supuesto pago de sobresueldos en ‘B’ a altos cargos populares como el mismísimo Rajoy. Una polémica, la desatada por estos manuscritos, que ha puesto en jaque al líder del PP y a su ‘corte’ con la batalla judicial mantenida con Bárcenas.

Nunca un exresponsable de la Tesorería de un partido había puesto tan contra las cuerdas a un presidente del Gobierno ni a una formación política como ahora. Luis Bárcenas no sólo ha logrado hacer pública la supuesta red de pagos de sobresueldos y donativos ilegales que ha existido en el PP durante los últimos años, sino que ha puesto en evidencia una vez más la capacidad de liderazgo y el discurso contra la corrupción de Rajoy.

El ‘caso Bárcenas’ se ha convertido en el culebrón político por excelencia, incluso a pesar de los esfuerzos de los populares por denunciar los ERE de Andalucía. Todo, desde que a principios de año la secretaria general del partido, María Dolores de Cospedal, asegurase en una rueda de prensa que el PP pagó 400.000 euros al extesorero “en diferido”.

Unas declaraciones que no sólo provocaron multitud de bromas y mofas, sino que también sirvieron para desvelar que Génova tuvo a ‘sueldo’, en forma de indemnización, a Bárcenas “hasta diciembre de 2012”, sólo un mes antes de que el juez Pablo Ruz descubriera los millones que tenía el que fuera senador del PP en Suiza.

A partir de aquí, este caso se le fue de las manos a Rajoy, si es que alguna vez había logrado controlarlo. Bárcenas demandó al PP por ‘maltrato laboral’, por el robo de dos ordenadores portátiles y por forzar la puerta del despacho que tenía en la sede nacional del partido en Madrid. Incluso, el extesorero se presentó en el Juzgado de lo Social número 16 de Madrid para reclamar a Génova 900.000 euros de indemnización por despido improcedente.

La punta del iceberg

Estas demandas han sido sólo la punta del iceberg de múltiples acciones judiciales. Las emprendidas por el PP contra el diario ‘El País’, y el “autor de los falsos papeles”; las de Cospedal contra Bárcenas y también contra el mencionado periódico del Grupo Prisa; o las de una plataforma liderada por IU contra Francisco Álvarez Cascos y Javier Arenas, entre otros.

Un enredo de acusaciones en los tribunales que tuvo su clímax con la citación de Ruz a la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, y el actual vicesecretario y exlíder de los populares de Andalucía, Javier Arenas. Ambos tuvieron que declarar en la Audiencia Nacional en pleno agosto en un inaudito ‘paseíllo’ judicial que despertó gran expectación.

Un interés que fomentó la presidenta de Castilla-La Mancha al asegurar que fue Rajoy, y no ella, quien pactó con el extesorero su salida del PP en una reunión, a la que también asistió Arenas, de la que tuvo conocimiento “tiempo después”, “por lo menos ocho meses o así”.

Semanas antes de la cita de ambos altos cargos de Génova ante la Audiencia, el presidente del Gobierno se vio forzado a comparecer de manera extraordinaria en el Senado (el Congreso estaba en obras) para dar explicaciones por la deriva en la que se encontraban los populares por los ‘papeles’.

¿Explicaciones?

En plena operación salida, el 1 de agosto, Rajoy se subía a la tribuna de la Cámara alta para negar tener algo que ver con Bárcenas. Ante la presión de los partidos de la oposición, que reclamaron en numerosas ocasiones que el líder del PP diera la cara por este tema, el jefe del Ejecutivo rechazó dimitir y convocar nuevas elecciones.

“No voy a dimitir y no voy a convocar elecciones”, aseguró ante las acusaciones del PSOE y la izquierda parlamentaria, aunque reconoció que “me equivoqué al mantener la confianza en alguien que no la merecía”. “Aunque no soy un compendio de virtudes, soy una persona recta y honrada”.

Con estas declaraciones, Rajoy trataba de sofocar los ataques lanzados contra su persona y la amenaza de Alfredo Pérez Rubalcaba de presentar una moción de censura ante las constantes “mentiras” del presidente del Gobierno en este tema. Una moción que al pasar las semanas se diluyó hasta el punto de que parece estar guardada en el fondo de un cajón.

El ‘mea culpa’ escuchado en el Senado no era más que un nuevo intento del líder del PP de distanciarse de un Bárcenas que ya llevaba varias semanas en prisión. Aunque el encarcelamiento del extesorero en el centro penitenciario de Soto del Real no supuso un respiro para Rajoy.

Las noticias sobre la presunta contabilidad irregular del partido o la relación de ambos, lejos de cesar, aumentaron. No hay más que recordar los SMS que publicó ‘El Mundo’, que demostraban el contacto directo que Rajoy y el extesorero mantuvieron cuando se desvelaron los ‘papeles’. Unos mensajes de texto que evidencian cómo el actual jefe del Ejecutivo trataba de calmar a Bárcenas.

Los SMS

“Luis, nada es fácil, pero hacemos lo que podemos. Ánimo”, le escribió Rajoy en unos SMS en los que se pedía que fuera “fuerte” y aguantara el ‘chaparrón’.
Mientras que el líder del PP instaba a Bárcenas a mantener el tipo, continuaba negando públicamente cualquier relación o contacto con el extesorero y lanzaba ‘balones fuera’ cada vez que se le preguntaba por el ‘caso’. Una actitud que demostró en una entrevista a la agencia estadounidense Bloomberg en la que aseguró que “hay cosas que no se pueden demostrar”. Y es que, los ‘papeles’ han traspasado las fronteras de España y su repercusión es internacional. Multitud de medios de todo el mundo se han hecho eco de las revelaciones sobre esta trama, aumentando así la presión en torno al presidente del Gobierno.

Por si esto no fuera bastante, la estrategia del PP no ha ayudado a diluir el caso. No hay más que recordar el borrado de los discos duros de los ordenadores de Bárcenas que Génova entregó al juez Pablo Ruz. La destrucción de unos archivos que evitaban saber si lo que dice el extesorero tiene veracidad o no.

Este tipo de acciones han desatado multitud de críticas contra la secretaria general, al ser ella la encargada de la estrategia del PP. El ‘caso Bárcenas’ ha minado el liderazgo de Cospedal entre los populares hasta el punto de que se han escuchado voces que pedían su sustitución. Una rebelión a la que ha ayudado el propio Bárcenas al insistir en que él mismo entregó varios sobres a la presidenta manchega en sus despachos en Génova y el Senado.

La pugna PP y Cospedal-Bárcenas no ha sido la única batalla que este caso ha provocado. En el mundo judicial también se ha dado un enfrentamiento similar.

Pablo Ruz, instructor del Gürtel, y Javier Gómez Bermúdez, juez del 11M, lucharon por hacerse con este caso citando a Luis Bárcenas y Álvaro Lapuerta a declarar, así como a los supuestos donantes de Génova. Una ‘guerra’ que ganó Ruz.

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