El Gobierno da por terminada la crisis, a pesar de los 5,9 millones de parados

Especial XXII Aniversario

El Gobierno da por terminada la crisis, a pesar de los 5,9 millones de parados

Oficina de Empleo de la Comunidad de Madrid

Nadie lo diría, y menos aún los 5,9 millones de parados, pero la recuperación de la economía española es una realidad. O eso dicen el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, sus ministros y algunas voces del mundo empresarial. Nadie lo diría, y menos aún los 5,5 millones de parados, pero la recuperación de la economía española es una realidad. O eso dicen el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, sus ministros y algunas voces del mundo empresarial.

La mejora de la prima de riesgo y la revalorización de la bolsa, dos magnitudes financieras sin apenas relación con la economía real, le han servido al presidente del Gobierno para asegurar que por fin se ha tocado fondo y se atisba la salida del túnel y establecer el inicio de la recuperación económica.

No está sólo en la tarea. Le acompañan algunas voces autorizadas del mundo empresarial y hasta el todavía presidente de la Confederación Episcopal, monseñor Rouco Varela.

Es una decisión estratégica, el presidente del Gobierno, hundido en las encuestas aún confía en ganar las próximas elecciones. No necesita que la economía mejore de verdad, le basta con que los electores crean que la salida de la crisis está próxima. Y que admitan que ese milagro ha sido posible gracias a la política económica de Rajoy.

Lo malo es que, aunque estaría bien que fuera cierto, a muchos les suena a chiste enarbolar la bandera del optimismo en un país con casi seis millones de personas desempleadas y en el que hasta el propio Gobierno, incluso en su actual deriva eufórica, prevé que la tasa de paro no baje del 20% por lo menos en un lustro.

Mal asunto. Y tampoco pintan bien otras declaraciones, como las recientemente pronunciadas por un prominente banquero en las que dejó claro que habrá recuperación, «pero no volveremos a lo de antes».

Aunque el insigne prócer no específico que «era lo de antes», para los españoles que aun conservan su trabajo sí está muy claro que es lo de ahora. Y no dibuja un panorama muy estimulante, en realidad.

El listado impone: rebajas de sueldo de casi el 10% en muchos casos, prevaricación, pérdida de poder adquisitivo y derechos, incertidumbre laboral y serio peligro de que las pensiones públicas sean insuficientes para asegurar una vejez digna a los trabajadores actuales.

Ese seria, en opinión de algunos colectivos, el único efecto de las reformas introducidas por el Gobierno a petición de Bruselas, el BCE y el FMI, como consecuencia del préstamo concedido para sanear la banca publicad.

El famoso rescate bancario que no iba a costarle nada a los contribuyentes y que, finalmente les supondrá, según algunas estimaciones, cerca de un 4% del PIB. Como mínimo.

Por lo demás, las reformas sí dibujan un futuro en el que España podría convertirse en el ‘paraíso soñado por los neocons’. Salarios ínfimos, despido casi libre, contratación sin los corsés derivados de los convenios colectivos.

Un chollo para cualquier inversor internacional que busque mano de obra barata en un país europeo. Y, sí, quizá eso implique, en algún momento un repunte de la creación de empleo. Pero de baja cuantificación.

La otra gran esperanza es que se mantenga la actual pujanza exportadora que, sin embargo, puede flaquear si los grandes países de la UE no siguen tirando del carro y también si la actual fortaleza del euro se mantiene.

Además, las exportaciones españolas no se producen en sectores que necesiten demasiada mano de obra. Por el momento, el milagro que permite exhibir un anémico crecimiento económico no ayuda a que aumente la creación de empleo.

Y lo mismo pasa con el costosísimo rescate bancario del que hablábamos antes. Aunque los bancos estén saneados, eso no significa que vayan a cumplir con su función de dar crédito. No todavía.

O eso se afirma en un reciente informe del BCE donde no se espera una mejora de las actuales condiciones de crédito para las pymes, las verdaderas generadoras de empleo en España hasta por lo menos 2016.

Entonces, ¿de verdad puede hablarse del inicio de la recuperación? Tal vez, sí desde algunos puntos de vista. Fundamentalmente relacionados con el sector financiero.

Pero, en cualquier caso, no es está la idea del inicio de la salida del túnel que tiene la mayoría de los españoles. Para que eso llegué aún falta mucho, según las propias previsiones del Ejecutivo. Quizá la inyección de euforia que nos invade, sea partidista, prematura y contraproducente.

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