Los partidos pequeños deciden en la política alemana

Elecciones en Alemania

Los partidos pequeños deciden en la política alemana

Las encuestas para la votación del 24 de septiembre tampoco auguran mayoría para un partido en particular, por lo que el peso de los pequeños volverá a ser decisivo.

Más de 16 millones de personas siguieron el debate televisivo entre la canciller Angela Merkel y su principal rival, Martin Schulz, en una campaña electoral que los medios redujeron a un duelo entre los dos grandes partidos, la Unión Cristianodemócrata (CDU) y el Partido Socialdemócrata (SPD).

Estas dos agrupaciones se han repartido el poder desde la fundación de la República Federal de Alemania hace más de medio siglo, pero debido al sistema electoral alemán casi nunca lograron la mayoría absoluta y dependieron del respaldo de partidos pequeños.

PARTIDO LIBERAL DE ALEMANIA (FDP), ETERNO PARTIDO BISAGRA

Férreo defensor de la economía de libre mercado, el FDP hizo varias veces de partido bisagra. En 1982 dejó atrás la alianza con el Partido Socialdemócrata (SPD) de Helmut Schmidt para dar inicio a 16 años de gestión de centroderecha bajo Helmut Kohl. Tras ocho años en la oposición, el FDP volvió a unirse a su «aliado natural», la Unión Cristianodemócrata (CDU) y su rama bávara, la Unión Cristianosocial (CSU).

Es el partido que más tiempo ha pasado en el poder, pero luchas intestinas y polémicas en la coalición lo dejaron en 2013 por primera vez fuera del Parlamento. Surgieron de las cenizas de la mano del carismático y joven Christian Lindner, protagonista de una campaña muy personalizada que parece calar en la gente joven.

Los liberales están presentes en tres alianzas regionales, una de ellas con demócratas cristianos y verdes, la llamada «Jamaica» (por los colores de las agrupaciones, equivalentes a la bandera de ese país), que podría servir de modelo a una similar a nivel nacional en caso de no dar los resultados para una alianza bipartidista con los conservadores.

LOS VERDES, DE LAS PROTESTAS A PARTIDO ESTABLECIDO

Nacidos de las protestas ecologistas y pacifistas de los años 70 y 80, los Verdes tuvieron su apogeo al integrar el Gobierno del socialdemócrata Gerhard Schröder (1998-2005). Antes socio exclusivo del SPD, también probaron suerte en alianzas regionales con conservadores y liberales. Forman coalición de Gobierno en diez estados federados y en uno tienen la batuta, en el próspero «Land» de Baden-Württemberg, con la CDU de la canciller Angela Merkel de socio menor.

Pese al escándalo por manipulación de motores diésel y a ser un partido que pregona el fin del motor de combustión, los Verdes han perdido fuelle y oscilan alrededor del ocho por ciento.

Muchos creen que su importancia ha caído debido a que se han cumplido algunas de sus principales banderas como el fin de la energía atómica en Alemania, el compromiso a favor de la protección del clima y una mayor liberalidad social como la introducción del matrimonio de personas del mismo sexo.

La opción más factible que tienen para llegar al poder sería una alianza con conservadores y liberales, la llamada «Jamaica», inédita hasta ahora a escala nacional y que rige actualmente los destinos del pequeño estado de Schleswig-Holstein. Sin embargo, esta fórmula demandaría mucho pragmatismo, especialmente del ala más ortodoxa de la formación.

LA IZQUIERDA SIGUE ESPERANDO SU TURNO A ESCALA NACIONAL

El partido fue creado en 2007 en una fusión de poscomunistas, socialistas y socialdemócratas de izquierda, indignados con los recortes sociales promovidos por el Gobierno de Gerhard Schröder a principios de 2000. El tronco más fuerte fue el Partido por el Socialismo Democrático, heredero del partido comunista que gobernó Alemania oriental hasta 1990.

La Izquierda tiene su mayor respaldo en el este del país. Forman coaliciones de gobierno en tres regiones del este alemán, y en una de ellas, en Turingia, lideran el Ejecutivo en alianza con los socialdemócratas y los Verdes. Nunca han sido parte del Gobierno nacional. En la actualidad son tercera fuerza, pero podrían ceder el puesto a los populistas de derechas, según vaticinan los sondeos.

ALTERNATIVA PARA ALEMANIA, DE EUROESCÉPTICOS A ULTRADERECHISTAS

Alternativa para Alemania (AfD) surgió en 2013 como galvanizadora del descontento de muchos contribuyentes alemanes con los millonarios rescates europeos, pero se convirtió gradualmente en una formación antiinmigración y ultraderechista. En los comicios generales de 2013 quedó a pocas décimas de ingresar en el Parlamento, pero ahora las encuestas le auguran un resultado holgadamente por encima del mínimo del cinco por ciento, con lo que por primera vez desde 1961 entraría en el Bundestag una agrupación ultranacionalista.

A caballo del descontento de muchos alemanes con la llegada masiva desde 2015 de refugiados del Cercano y Medio Oriente y de África, los populistas de derecha fueron encadenando triunfos en elecciones regionales. Están presentes en 13 de los 16 Parlamentos de los estados federados y son especialmente fuertes en el territorio de la antigua Alemania comunista. Ningún partido quiere aliarse con ellos para formar Gobierno.

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