Libros de visitas, agendas, ordenadores… Los ‘extravíos’ del PP en casos de corrupción

Corrupción en el PP

Libros de visitas, agendas, ordenadores… Los ‘extravíos’ del PP en casos de corrupción

Discos duros, dietarios, documentos. Los papeles de la Púnica perdidos en la Comunidad de Madrid son el corolario de una lista cada vez mayor de desmemorias en el PP.

Luis Bárcenas, extesorero del PP

A nadie se le escapa que los principales casos de corrupción sobre partidos políticos en nuestro país generan una cantidad ingente de documentos, pruebas y escritos judiciales. Pero las pérdidas del PP dentro de las investigaciones de las tramas Gürtel y Púnica empiezan a ser plusmarca de desmemoria interesada.

Esta semana se ha conocido que la empresa pública de la Comunidad de Madrid Nuevo Arpegio perdió documentos clave en la investigación del caso Púnica. La empresa, dependiente del Gobierno de Cristina Cifuentes y dirigida por su número tres, Jaime González Taboada, ha reconocido ante el juez que se han “traspapelado” varios contratos originales que han sido reclamados por los investigadores para evidenciar la trama corrupta, según publicaba El País.

Pero esta pérdida injustificada no es ni mucho menos la única en los antecedentes judiciales del PP. En 2013, el partido liderado por Mariano Rajoy comunicaba al juez de la Audiencia Nacional Pablo Ruz que le era imposible entregar los registros de entrada a su sede de Génova, de 2001 a 2008, tal y como le requirió el magistrado. Como argumento, explicaba que estos nombres son eliminados cada mes en cumplimiento de la Ley de Protección de Datos.

Sin embargo, la ley tras la que se excusaban los populares no establece que este tipo de registros deban ser eliminados en un intervalo fijo de tiempo. La norma tampoco hace referencia explícita a los libros de visitas de edificios. Sin embargo, el PP acabó por no entregar esta información, relevante para la investigación de la supuesta caja B del partido.

Dos meses más tarde las secretarias de los extesoreros del Partido Popular Luis Bárcenas y Álvaro Lapuerta admitían ante el mismo juez de la Audiencia Nacional que destruyeron las agendas en las que constaban los encuentros que los dos exdirigentes mantuvieron con los constructores investigados como donantes del partido.

Las trabajadores también declaraban como testigos en la causa sobre la contabilidad paralela, y la secretaria de Bárcenas, Estrella Domínguez López, reconoció en sede judicial que trabajó para el extesorero hasta diciembre de 2012 y que durante ese año tiró a la basura su dietario, que contenía los encuentros, comidas y cenas que había mantenido su jefe como tesorero del partido.

35 formateos a discos duros «vacíos»

Más sonada ha sido la pérdida de la información que contenían los llamados “discos duros de Bárcenas”, porque en este caso hubo un doble extravío: primero los ordenadores, y más tarde el sumario de la Audiencia de Madrid sobre ellos.

El pasado año, en extesorero popular afirmó que los discos duros con los que realizaba su labor de tesorero en la formación, posteriormente borrados por el PP, contenían un listado de todos los donantes del partido en los últimos años.

El responsable informático del PP, José Manuel Moreno, aseguró haber borrado 35 veces los discos duros de los ordenadores usados por Bárcenas. Y explicó que después los rayó, los rompió y los tiró a la basura por orden del asesor jurídico del partido, Alberto Durán.

Moreno mantenía la misma versión que Durán y la siguiente tesorera del PP, Carmen Navarro. Los tres defendieron ante los tribunales que el borrado se hizo según el protocolo del partido y sin que hubiera ningún archivo en los ordenadores.

El PP fue procesado por estos formateos y en su defensa alegó que los borró hasta 35 veces porque “estaban vacíos”.

El campanazo lo dio, en esta misma línea de investigación, la Audiencia de Madrid: el sumario se extravió en el tribunal y la juez de instrucción debió citar a las partes para pedirles que volviesen a aportar toda la documentación.

Todos esos documentos perdidos fueron archivados por la juez en octubre de 2013 al considerar que la destrucción de los discos duros de los dos ordenadores que Bárcenas tenía en la sede del PP no era constitutivo de delito de daños ni encubrimiento.

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