Las elecciones revalidan al liberal de derechas, Mark Rutte, como primer ministro. El candidato racista Geert Wilders pierde fuelle aunque se coloca como segunda fuerza del país. Holanda puso coto a la extrema derecha y el liberal de derechas Mark Rutte seguirá siendo el primer ministro. En realidad, con el sistema parlamentario neerlandés, era muy difícil que el candidato racista y antieuropeo Geert Wilders pudiera relevarle en el trono, por mucho que fuera la fuerza política más votada o los cantos de sirena comenzaran a sonar dentro de la Europa occidental.
Sin embargo, el partido de Wilders, el Partido para la Libertad, ha quedado segundo. 20 escaños y el 13% de los votos. Lejos de los 33 escaños (21% de los votos) que ha obtenido Mark Rutte. Aun así, la fragmentación del parlamento dificulta la formación de Gobierno, que tendrá que llegar a los 76 votos parlamentarios.
A priori, lo más plausible es que Rutte sea el próximo primer ministro gracias a los votos concentrados sobre la derecha del parlamento, ya que la tercera fuerza de hemiciclo también es próxima a esa ideología: los democristianos, que han obtenido 19 escaños. Uno más (18) que los liberales de izquierdas, el D66, y cinco más que el partido de los verdes, Groelinks, que ha conseguido 14 escaños y vencer en Amsterdam.
El mayor descalabro de las elecciones lo han protagonizado los socialdemócratas. Desde la caída del PASOK en Grecia no se recordaba algo similar. Han pasado de 38 escaños y formar parte del Ejecutivo a disponer solo de 9 asientos en el Parlamento. Un duro castigo a sus políticas próximas a los liberales.
La participación ha sido muy elevada, del 82%. Países como Holanda, que tienen un sistema electoral muy flexible y que promueve la participación, acostumbran a contar con muchos votos.
Los títulos de la energética suben algo más de un punto (1,31%), hasta los 23,140 euros, aunque ha llegado a dispararse por encima del…
